El
tercer lunes del mes de octubre de todos los años se celebra en la ciudad de
Ica las festividades religiosas en Homenaje al Patrono de la Ciudad, el Señor
de Luren de Ica. Fecha en la cual la ciudad de Ica se transforma, para rendir
culto a su patrón.
Esta
festividad se celebra desde hace más o menos 4 siglos, desde el año 1570 en que
llego la imagen a la Villa de Valverde, y desde esas épocas ha congregado la
procesión a una ingente cantidad de fieles que siguen los pasos del anda
durante sus 17 horas de recorrido aproximadamente por las principales calles de
la ciudad, las cuales se han adornado con arreglos y alfombras florales, por
los cuales el anda hace su paso.
La
Imagen del Señor de Luren esta modelada en yeso y madera y tiene más de dos metros
de alto, está ya ha sido restaurada a raíz de un incendio que afectó la iglesia
y el cual daño la imagen. Pero el fervor del pueblo iqueño siempre ha permitido
mantener la vigencia de esta celebración durante los siglos que ya tiene de
existencia.
Historia
del Señor de Luren de Ica.
Allá
por el siglo XVI, un caballero inglés de apellido Smith compró del genial
escultor Miguel Ángel un Cristo Crucificado para ser llevado a Londres. A los
pocos años, este caballero fallece, quedando la imagen en poder de uno de sus
hijos, quien la coloca en la capilla de esta real familia.
A
mediados del siglo XVI, estalló en Inglaterra un enfrentamiento entre
Protestantes y Católicos, en el cual los primeros arrasaban casas y capillas
destruyendo a su paso imágenes de Santos que encontraban y fue así como Lord
Smith ordeno ocultar el Cristo, en el sótano para salvarlos de caer en las
manos de los Protestantes, permaneciendo en dicho lugar por espacio de diez
años, en que decidió enviarlo a América y llega al Perú, hacia donde traía un
conjunto de imágenes para el convento de los padres Franciscanos, debiendo
desembarcarlos en el puerto del Callao. Esto sucedía por los años 1568. Cuando
el barco estaba próximo a llegar al puerto de destino, se desató una tormenta
que casi hizo hundir la embarcación. La tripulación alarmada por orden del
Capitán del barco, arrojó todos los bultos pesados para evitar la tragedia y
entre ellos la caja que contenía a Cristo crucificado, que años más tarde sería
el Señor de Luren, de Ica.
Al
calmarse la tormenta y luego de salido el sol, unos pescadores divisaron los
bultos, que eran arrastrados por la corriente, que fueron rescatados y al ver
que eran destinados al convento de San Francisco en Lima, los hicieron llegar a
los padres Descalzos por intermedio de las autoridades aduaneras. Los padres
del convento poco interés le tomaron y depositaron los bultos en el almacén del
Convento. Esto ocurrió en el año 1568.
Dos
años, en Ica (Villa de Valverde), la congregación Franciscana que estaba a
cargo del Padre Fray Francisco de Madrigal, quien enterado del percance
ocurrido en el Callao y que las imágenes se encontraban prácticamente
abandonadas en el convento de San Francisco de Lima y careciendo de imágenes el
templo de los Descalzos de Ica, decidió viajar a Lima, a comprar algunas de
ellas y del almacén escogió el Padre Fray Francisco de Madrigal, las cajas
medio deterioradas sin ver su contenido. Impulsado por un acto divino y entre
las cuales están las cajas que contenían al Cristo, la Virgen y San Juan,
conduciéndolas hasta el Callao, para de allí embarcarlas rumbo a Pisco, desde
donde fueron encargadas al arriero apellidado Buleje, para llevarlas a Ica, al
convento de San Francisco.
En
el largo trayecto el arriero se detuvo a mitad del camino para descargar y dar
de comer agua a las bestias, vencido por el cansancio se quedó dormido y cuando
despertó se dio con la sorpresa que una de las mulas había desaparecido con su
valiosa carga, Vanos resultaron los esfuerzos de buscarla, el animal había continuado
hasta detenerse en un bosque denominado RODAMONTE, para ponerse a pastar.
Varios vecinos del lugar al darse cuenta de la mula y su carga, pensaron que se
había perdido y se acercaron para llevarla a las autoridades de Villa de
Valverde, pero el animal no quiso moverse del lugar, parecía que estaba clavado
en el suelo, poco a poco fueron acercándose los pobladores vecinos que avisaron
de este hecho a los Padres Franciscanos, quienes también se constituyeron al
lugar y ante la imposibilidad de mover a la mula decidieron bajar la carga y
destapar la caja y ver su contenido; cayeron de rodillas al suelo la bendita
mañana del día 25 de febrero de 1570. Interpretando el mensaje divino de que la
efigie deseaba quedarse en dicho lugar ubicado en la parte sur del valle de Ica
(Lurin Ica), como se le denominaba, y que con el tiempo esa palabra fue
deformada por el nombre de Luren, Edificando los pobladores una capilla la que
más tarde sería el Templo de Luren, casa de oración del Santo Patrón de Ica,
donde se encuentra su altar en una Cruz de Mármol.